"La auténtica felicidad, la libertad de sentir"

"La auténtica felicidad, la libertad de sentir"
TODO LO QUE UN DÍA APRENDIÓ

Conocer, perder, ganar, hablar, enfadar, fallar, enamorar, tocar, escuchar, saber, mencionar, enseñar, descubrir, mejorar, cambiar, cotillear, pelear, comprar, viajar, razonar, pensar, reflexionar, soñar, besar... Pero nunca dejar de aprender.

Y todo eso es lo que ella hizo durante un año, y desde entonces creía que no lo volvería hacer jamás, pues quedaría un día para el fin del Mundo. Eso decían los mayas. Lo que ella nunca dejaría de hacer sería de soñar, pues los sueños serían parte de su realidad. Y aunque acabase el mundo tendría en mente aprender a volar.